150 años de la extensión a toda la Iglesia del culto al Sagrado Corazón "Mirarán al que traspasaron" El mes de junio, en cuyos albores nos hallamos, es el mes del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Qué es esta devoción? ¿Cuáles son sus raíces y sentidos bíblico y teológico? ¿Cuál es su actualidad? Para mejor conocer y experimentar el amor de Dios
En este mes de junio de 2006 se cumplen además los 150 años de la extensión de este culto a toda la Iglesia, por decisión del Papa Pío IX. Un siglo después, para conmemorar el primer centenario de este culto universal, el Papa Pío XII escribió la encíclica "Haurietis aquas", que ahora ha sido retomada por el Papa Benedicto XVI, que ha escrito un hermoso mensaje con motivo de este 150 aniversario. Su mensaje está dirigido al prepósito general de la Compañía de Jesús, Peter Hans Kolvenbach, ya que la Compañía de Jesús fue la encargada de la difusión de este culto.
En su mensaje, transido de citas de la encíclica "Haurietis aquas" de Pío XII, de su encíclica "Deus caritas est" y de referencias bíblicas, Benedicto XVI presenta el Corazón traspasado del Redentor como manantial para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesucristo y experimentar más a fondo su amor. El actual Papa une íntimamente el misterio del Sagrado Corazón de Jesús con el misterio del amor de Dios, de modo que la devoción y culto al Corazón de Jesús es "el contenido de toda la verdadera espiritualidad y devoción cristiana.
Benedicto XVI nos invita a una mirada contemplativa, en "silenciosa adoración", del costado traspasado de Cristo, "del que salen <sangre y agua>, que nos ayuda a reconocer la multitud de dones de gracia de gracia que de ahí proceden y nos abre a todas las demás formas de devoción cristiana que están comprendidas en el culto al Corazón de Jesús". Es más, añade Benedicto XVI, "los dones recibidos del costado abierto de Cristo, del que han salido <sangre y agua>, hacen que nuestra vida que se convierta también para los demás en manantial del que manan ríos de agua viva. La experiencia del amor surgida del culto de costado traspasado del Redentor nos tutela ante el riesgo de replegarnos en nosotros mismos y nos hace más disponibles a una vida para los demás".
Benedicto XVI concluye su mensaje afirmando que "la contemplación del costado traspasado por la lanza, en la que resplandece la voluntad sin límites de salvación de parte de Dios, no puede ser considerada por tanto como una forma pasajera de culto o de devoción: la adoración del amor de Dios que ha encontrado en el símbolo del corazón traspasado su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios".
Raíces y desarrollo histórico
La raíces del culto al Sagrado Corazón de Jesús se insertan en la misma Palabra de Dios, tanto en referencias proféticas del Antiguo Testamento ("Te amé con amor eterno", "Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de las salvación", "Mirarán al que traspasaron"...) y, sobre todo, de la escena del Evangelio de San Juan, cuando el evangelista narra que el costado de Jesús en la cruz fue traspasado por la lanza, brotando al instante sangre y agua (Jn. 19,37).
Su devoción surge en Francia, en Paray Le Monial, tras una serie de visiones que tiene Santa Margarita María Alacoque, en las que Cristo le pidió que trabajase para la institución de una fiesta en honor del Sagrado Corazón. Estas apariciones tuvieron lugar entre los años 1673 y 1675. Por esas mismas fechas, el también santo francés San Juan Eudes había escrito el primer oficio litúrgico de esta fiesta, que se estableció como propia de la Iglesia francesa en 1672.
Un siglo después, en 1765, la Santa Sede autorizó a los Obispos polacos y a la archicofradía romana del Sagrado Corazón la celebración de dicha fiesta. Pero no sería hasta el año 1856 cuando el Papa Pío IX estableció el culto universal de esta fiesta, extendiéndola a toda la Iglesia Católica e incrementándose de manera notable su arraigo y popularidad.
El culto y devoción al Sagrado Corazón de Jesús se convertiría así en la segunda parte del siglo XIX y en la primera parte del siglo XX en una de las características más acusadas y fecundas de la religiosidad y piedad de todos los miembros de la Iglesia, pastores y fieles. Si repasamos las biografías de los santos, beatos y fundadores de la época citada y el arte y la literatura de entonces encontraremos pruebas evidentes y hermosas de ello.
El corazón es el símbolo del amor
¿Cuál es el sentido de esta devoción? La devoción al Corazón de Jesús no es el culto a una parte de su organismo y anatomía humana, es el culto y la devoción al mismo Jesús, a la persona entera de Jesucristo. De hecho, en la iconografía de esta devoción no se permitió jamás mostrar sólo el corazón. Había y hay que representar a Cristo en su humanidad completa, porque El es el objeto de nuestra adoración y a El se dirige nuestra oración al decir "Venid, adoremos al corazón de Jesús, herido por nuestro amor".
De ahí, pues, que la devoción al Corazón de Jesús sea entraña misma del culto a Jesucristo como expresión del amor de Dios y siga siempre hoy y siempre un espléndido camino de vida y piedad cristiana.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es quintaescencia del evangelio y del plan de salvación de Dios. Hablar del Corazón de Jesús es hablar de su humanidad, de quien nos "amó con corazón de hombre", como afirma el Concilio Vaticano II. Hablar del Corazón de Jesús es hablar del amor de Dios a los hombres. "Te amé con amor eterno". "Tanto amó Dios al mundo que entregó por él a su Hijo único".
El corazón representa el ser humano en su totalidad, es el centro original de la persona humana, el que le da la unidad. El corazón es el centro de nuestro ser, la fuente de nuestra personalidad, el motivo principal de nuestras actitudes y elecciones, el lugar de la misteriosa acción de Dios, escribió Karl Rahner.
El corazón es el símbolo del amor. Y puesto que Cristo tuvo un amor perfecto, su corazón es para nosotros el perfecto símbolo del amor. Su corazón fue saturado de amor perfecto al Padre y a los hombres. Nosotros aprendemos lo que es amor tratando de comprender y de vivir algo del amor de Cristo.
Juan Pablo II, Papa también del Corazón de Jesús
El Papa Juan Pablo II, su primera Encíclica de 1979, "Redemptor hominis", escribía: "La redención del mundo -este tremendo misterio de amor en el cual la creación se renueva- es en su raíz más profunda la plenitud de la justicia en un corazón humano, el corazón del Hijo Primogénito, para que pueda ser justicia en el corazón de muchos seres humanos, predestinados desde la eternidad Jesucristo a ser Hijos de Dios".
El mismo Juan Pablo II escribía también en 1986 que "junto al Corazón de Cristo, el corazón humano aprende a conocer el auténtico y único sentido de la vida y de su propio, a comprender el valor de una vida auténticamente cristiana, a permanecer alejado de ciertas perversiones del corazón, a unir el amor filial a Dios con el amor al prójimo. De este modo -y ésta es la verdadera reparación exigida por el Corazón del Salvador- sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia podrá edificarse la civilización del Corazón de Cristo".
Celebrar el Corazón Jesús es, pues, celebrar la redención. Es celebrar el amor y responder al amor amando, a ese Amor que tantas veces no es amado. "El corazón habla al corazón", afirma a este respecto el Juan Pablo II, en referencia a la devoción al Corazón de Jesús como expresión y coloquio de amor. Celebrar el corazón de Jesús es celebrar el sacramento del amor salvífico del Padre. Y es que como se reza en el prefacio de la Misa del Sagrado Corazón, Jesús, "elevado sobre la cruz, hizo que de la herida de su costado brotaran, con el agua y la sangre, los sacramentos de la Iglesia: para que así, acercándose al corazón abierto del Salvador, todos puedan beber con gozo de las fuentes de la salvación".
Escribió San Ignacio de Loyola, en una bellísima oración: "Cuerpo de Cristo, sálvame; sangre de Cristo, embriágame; agua del Costado de Cristo, lávame".
Las letanías al Corazón de Jesús
El culto al Sagrado Corazón de Jesús tiene sus propias letanías, que son una de las praxis más fecundas en las que se ha alimentado esta devoción. Las letanías del Sagrado Corazón de Jesús fueron establecidas de manera oficial para toda la Iglesia en el año 1891 por disposición del Papa León XIII. Su fuente de inspiración y de creación se atribuye a Santa Margarita María de Alacoque. Son 33 invocaciones en evocación a los supuestos y tradicionales 33 años de la vida del Señor.
Su enunciado es ya una definición y descripción de la devoción al Sagrado Corazón y de su misma identidad y esencia. Escuchemos y oremos con algunas de ellas:
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
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