Resulta escalofriante comprobar cómo en el panorama mundial de comienzos del siglo XXI, se establece una relación inversa entre el desarrollo científico-tecnológico, idolatrado por el Liberalismo, y el respeto a la Iglesia Católica.
No se zahiere a baptistas, anglicanos, evangélicos, luteranos, … (así hasta 700 sectas cristianas). A nivel mundial, se ridiculiza y querrían aniquilar a la Iglesia Católica, porque sabe el Maligno que en Ella se encuentra el corazón de la Verdad.
Es evidente que esa labor es una violación de Derechos Humanos y Divinos y una ofensa a la Civilización Occidental. Por eso nuestros Obispos estiman “necesario” oponerse por vía legal, pues “Sin justicia, no es posible la convivencia en libertad” (15-03-07).
Es evidente que, en muchos casos, los poderes públicos no sólo no las atajan sino que las promueven, convirtiéndose en dictadores y tiranos, como aquellos cuya libertad de expresión consistía en arrojar los cristianos a las fieras.
Finalmente, es de lamentar la falta de unión entre los Católicos, que impide levantar un frente común para detener la actual espiral de blasfemias, que pretende imponerse como un logro artístico y cultural.
Indignado ante las publicaciones blasfemas de la Junta de Extremadura, en España (In Breeding, 1995-98; Sanctorum, 2003) y de la Universidad de Extremadura (“La fotografía de JAM Montoya, 2000), que hacen pornografía con las figuras del Señor, la Virgen y los Santos, DOY MI NOMBRE EN APOYO DE LA QUERELLA QUE PRESENTA, DESDE SANTANDER,“UNIÓN EN DEFENSA DE LA FAMILIA” (UDEFA).
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